martes, 29 de noviembre de 2011

HISTORIA DEL ELECTR0

La habilidad de grabar sonidos suele relacionarse con la producción de música electrónica, si bien no es absolutamente necesaria para ello. El primer dispositivo conocido capaz de grabar sonido fue el fonoautógrafo, patentado en 1857 por Édouard-Léon Scott de Martinville. Podía grabar sonidos visualmente, pero no estaba hecho para reproducirlos de nuevo.1
En 1878, Thomas A. Edison patentó el fonógrafo, que utilizaba cilindros similares al aparato de Scott. Aunque se siguieron utilizando los cilindros durante algún tiempo, Emile Berliner desarrolló el fonógrafo de disco en 1887. Un invento significativo, que posteriormente tendría una gran importancia en la música electrónica, fue la válvula audión, del tipo tríodo, diseñada por Lee DeForest. Se trata de la primera válvula termoiónica, inventada en 1906, que permitiría la generación y amplificación de señales eléctricas, la emisión de radio, la computación electrónica, y otras variadas aplicaciones.
Con anterioridad a la música electrónica, existía un creciente deseo entre los compositories de utilizar las tecnologías emergentes en el terreno musical. Se crearon multitud de instrumentos que empleaban diseños electromecánicos, los cuales allanaron el camino para la aparición de instrumentos electrónicos. Un instrumento electromecánico llamado Telharmonium (en ocasiones Teleharmonium o Dynamophone) fue desarrollado por Thaddeus Cahill en los años 1898-1912. Sin embargo, como consecuencia de su inmenso tamaño, nunca llegó a adoptarse. Se suele considerar como el primer instrumento electrónico el Theremin, inventado por el profesor Léon Theremin alrededor de 1919–1920.2 Otro primitivo instrumento electrónico fue el Ondes Martenot, que se hizo conocido al ser utilizado en la obra Sinfonía Turangalila por Olivier Messiaen. También fue utilizado por otros compositores, especialmente franceses, como Andre Jolivet.

Nueva estética de la música

Artículo principal: Ferruccio Busoni
En 1907, justo un año después de la invención del tríodo audion, Ferruccio Busoni publicó Esbozo de una Nueva Estética de la Música, que trataba sobre el uso tanto de fuentes eléctricas como de otras en la música del futuro. Escribió sobre el futuro de las escalas microtonales en la música, posibles gracias al Dynamophone de Cahill: "solo mediante una larga y cuidadosa serie de experimentos, y un continuo entrenamiento del oído, puede hacerse este material desconocido accesible y plástico para la generación venidera, y para el arte".
Como consecuencia de este escrito, así como a través de su contacto personal, tuvo Busoni un profundo efecto en multitud de músicos y compositores, especialmente en su discípulo Edgard Varèse.

Futurismo

En Italia, el futurismo se acercó a la estética musical en transformación desde un ángulo diferente. Una idea fuerza de la filosofía futurista era la de valorar el "ruido", así como dotar de valor artístico y expresivo a ciertos sonidos que anteriormente no habían sido considerados ni siquiera remotamente como musicales. El "Manifiesto Técnico de la Música Futurista" de Balilla Pratella, publicado en 1911, establece que su credo es: "presentar el alma musical de las masas, de las grandes fábricas, de los trenes, de los cruceros transatlánticos, de los acorazados, de los automóviles y aeroplanos. Añadir a los grandes temas centrales del poema musical el dominio de la máquina y el victorioso reinado de la electricidad".
El 11 de marzo de 1913, el futurista Luigi Russolo publicó su manifiesto "El arte de los ruidos" (en italiano en original, "L'arte dei Rumori"). En 1914, organizó el primer concierto del "arte de los ruidos" en Milán. Para ello utilizó su Intonarumori, descrito por Russolo como "instrumentos acústico ruidistas, cuyos sonidos (aullidos, bramidos, arrastramientos, gorgoteos, etc.) eran manualmente activados y proyectados mediante vientos y megáfonos". En junio se organizaron conciertos similares en París.

1920–1930

Esta década trajo una gran riqueza de instrumentos electrónicos primitivos así como las primeras composiciones para instrumentación electrónica. El primer instrumento, el Etherophone, fue creado por Léon Theremin (nacido Lev Termen) entre 1919 y 1920 en Leningrad, aunque fue posteriormente renombrado como el Theremin. Gracias a él se realizaron las primeras composiciones para instrumento electrónico, opuestas a aquellas realizadas por los que se dedicaban a crear sinfonías de ruidos. En 1929, Joseph Schillinger compuso su Primera Suite Aerofónica para Theremin y Orquesta, interpreatada por primera vez por la Orquesta de Cleveland y Leon Theremin como solista.
Además del Theremin, el Ondes Martenot fue inventado en 1928 por Maurice Martenot, quien debutó en París.3 El año siguiente, Antheil compuso por primera vez para dispositivos mecánicos, aparatos productores de ruidos, motores y amplificadores en su ópera inacabada Mr. Bloom.
La grabación de sonidos dio un salto en 1927, cuando el inventor estadounidense J. A. O'Neill desarrolló un dispositivo para la grabación que utilizaba un tipo de cinta recubierta magnéticamente. No obstante, fue un desastre comercial. Dos años más tarde, Laurens Hammond abrió una empresa dedicada a la fabricación de instrumentos electrónicos. Comenzó a producir el Órgano Hammond, basado en los principios del Telharmonium junto a otros desarrollos como las primeras unidades de reverberación.
El método foto óptico de grabación de sonido utilizado en el cine hizo posible obtener una imagen visible de la onda de sonido, así como sintetizar un sonido a partir de una onda de sonido.
En la misma época, comenzó la experimentación del arte sonoro, cuyos primeros exponentes incluyen a Tristan Tzara, Kurt Schwitters, Filippo Tommaso Marinetti y otros.

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